viernes, 14 de junio de 2013

A QUÉ ANDAMOS



Últimamente he asistido a un desastre dialéctico, humillante y asqueroso del que sin ningún tipo de pudor y con una gran dosis de soberbia se ha caído en el "todo vale".
Estamos acostumbrándonos a escuchar explicaciones que no lo son, verborrea vacía y sin sentido que nos meten por los ojos y la tragamos a bocados, no sin echar las manos a la cabeza y pensar: "¿tan estúpidos parecemos? Mi educación también debió de ser en diferido"
Se intentan demonizar aquellos actos que nos ennoblecen, que nos hacen ciudadanos fuertes y peleones....nos convierten en terroristas y nazis; cuando la diferencia es abismal:
Atentado de Hipercor llevado a cabo por la banda terrorista ETA en 1987
Atentado perpetrado por Al qaeda el 11 de marzo de 2004
Barracones de los campos de concentración nazis
durante la Segunda Guerra Mundial
Hornos pertenecientes a los campos de concentración nazis
donde fueron quemados miles de seres humanos durante
la Segunda Guerra Mundial.
Manifestación de los bautizados como "Indignados"
La plataforma "Stop desahucios"
consigue parar un desahucio.

Las imágenes muestran unas similitudes aplastantes, ¿verdad?
En el fondo lo que Hitler quería hacer era conseguir que no desahuciaran a todos los judíos,  gitanos y contrarios a su política de su tan amada casa Europa.
¡Cuantas mentiras nos cuentan los libros de Historia!
Menos mal que están reformando la educación y seguro que errores como estos ya no se volverán a cometer. Me refiero a que jamás volveremos a creer que tenemos derecho a manifestarnos, hacerlo va a ser un acto terrorista nazi y los ciudadanos no queremos que la sociedad perfecta y evangelizada hacia la que vamos nos tache de demócratas; ¡dios no lo quiera!
Que Hitler sea una mancha imborrable de la memoria alemana no es tragedia suficiente para saber diferenciar la magnitud de su desastre; el número de víctimas arrasadas por sus políticas y acciones así como las víctimas inocentes y agenas a ideales políticos asesinadas por bandas terroristas no llegan para que nuestras cabezas seudo-pensantes distingan entre el bien y el mal.
Menos mal que rezan todas las noches por nuestras almas mientras el demonio del poder les susurra:
"Tu bolsillo no está suficientemente lleno hijo mio".
Como dijo una vez un "sabio":
"No es cierto, salvo alguna cosa".

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