domingo, 11 de septiembre de 2011

CAÍDA DE LAS GEMELAS

En un día normal se levanta muy temprano para poder tomarse su desayuno con calma; para él es un ritual y se regala una hora, aunque se la tenga que robar al sueño.
Hoy no iba a ser la excepción y ya estaba en pié a las 6:00 de la mañana. Tras una ducha muy rápida, aparece puntual en su cocina para empezar las oraciones del café con leche, tostada, zumo y fruta.
Sobre las 7:30 ya tenía el fresco de la mañana rozándole la cara y la pereza recordándole que hoy no tenía ganas de trabajar; la hace callar, recordando que le debe unas vacaciones a su mujer. Cuando se casaron no tenían ni un centavo para irse de luna de miel y ahora se merecen alejarse de la ciudad unos días.
A las 8:00 llega a su oficina y piensa que tantas plantas siempre le hacen llegar algo justo de tiempo a su despacho, pero no le va a robar ni un minuto a su desayuno.
En la puerta se encuentra con un compañero y tras unos minutos charlando con él, gira el pomo de su puerta y pisa la moqueta de su oficina. Se acerca a su mesa y se sienta para colocar unos papeles en los cajones y ver sus últimos mail.
Tras los primeros pasos monótonos de trabajo, se levanta y se pone de pié ante la ventana; revisa la ciudad, esos puntos minúsculos que ve desde la planta 95 también comenzaron un nuevo día con un buen desayuno y pereza, piensa.
Son ya la 8:46.



El 11 de Septiembre de 2001 la ciudad de Nueva York sufrió una de las mayores tragedias de su historia.
A las 8:46 de la mañana un Boeing 767 de American Airlines se introdujo entre los pisos 93 y 99 de la Torre Norte a 790 kilómetros por hora.
Más tarde, a las 9:03, el vuelo 175 de United impactó entre las plantas 77 y 85 de la Torre Sur, a unos 950 kilómetros por hora.
Los impactos dañaron las torres hasta conseguir su caída; la Torre Sur lo hace a las 9:59 y la Norte a las 10:28.
Las imágenes, retransmitidas para todo el mundo, impactan y hacen que el pánico se apodere de todo el país y el mundo.
En cada hogar se es testigo de los impactos, casi en directo, y se es consciente de la pérdida de miles de vidas.


A pesar de la envergadura de la tragedia, surgieron de entre los escombros supervivientes y héroes. 
Fue un día de dolor, de pérdidas, de llanto y de miedo; para la reflexión y también para el rencor.
El mundo cambió mucho desde entonces.

 HOY HACE DIEZ AÑOS



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