Trazaría un mapa con un camino marcado:
al Norte estaría el odio,
al Sur la compasión,
al Este el fracaso
y al Oeste estaría yo.
Pero mi camino se tuerce,
se complica,
y la gente se pierde:
al Norte van los compasivos;
al Sur los rencorosos;
al Este los afortunados
y en el Oeste estoy yo, tan solo.
Volvería a trazar otro mapa
con dos coordenadas solo.
Sur, para que los que odian,
se compadezcan de ellos mismos.
Este, para que los que fracasen,
tengan suerte.
Y en ningún punto yo estaría.
Caminé por el mundo,
y al girarme descubrí que mis huellas no eran profundas,
pues ya no existía.
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