miércoles, 5 de octubre de 2011

CONFIESO QUE ESTOY ENAMORADA


Hoy llegó el momento de tocar el corazón, de alargar los dedos y acariciarlo con toda la intensidad posible.
Lo que toca hoy no es una caterva de declaraciones cursis y tópicas; de ser así, solo rozaríamos el corazón y parecería que estamos dentro de una comedia romántica.
Esto es una declaración de amor. 
No quiero que cunda el pánico, no voy a hablar de mi primer beso y no voy a relatar una historia con matices románticos y final feliz. Voy a hablar del amor de verdad, de mi amor verdadero.
Voy a contaros cómo se puede sentir tanto amor que llega a doler y a enfadar. Cómo un día sientes que amas a una persona cuando te das cuenta de que tienes que aprovechar cada minuto a su lado, antes de que se te vaya, antes de que alo mejor se muera. 
Hablaremos de cómo un silencio, aveces, es la mejor compañía; y que la persona que lo comparte a tu lado, sin romperlo, es esa persona. No entiende que te calles,  pero no grita para formar ruido.
Os contaré que, aunque un niño no sepa hablar puede alegraros el día solo con veros y sonreír. Esa sonrisa será tu salvavidas muchas veces, porque no se borra.
También os diré que un café en el lugar de siempre es la monotonía que necesitas al salir de tu rutina; y que conversaciones sin sentido son señal de inteligencia.
Declaro mi amor a cada una de las personas que aman; suena cursi, anticuado (ya no se hacen estas cosas) y ridículo, pero hoy me apetecía.


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