martes, 24 de abril de 2012

CHIM, CHIM, CHER-EE


Cómo le costó a muchas generaciones pronunciar correctamente aquella palabra, casi un sortilegio, utilizado por Mary Poppins.
 Se trataba de una palabra que expresaba los buenos sentimientos y sensaciones alegres en una película con un mensaje de felicidad y positivismo.
Supercalifragilisticoexpialidoso era la palabra mágica y si ya fue un reto pronunciarla correctamente imaginaros escribirla (de hecho es la primera vez en mi vida que la escribo).
Comerte alguna letra o sustituir la "x" por una "s" serían errores en su transcripción, pero comprensibles dada la naturaleza del "animal".
Cada día me asusto (sí, me asusto) cuando me dispongo a leer algo escrito, porque caigo en la duda de si la RAE ha decidido cambiar el idioma, entero.
¿Por qué nos cuesta tanto escribir corréctamente? ¿Ya no existen los diccionarios? ¿Se "murieron" en las últimas hogueras de San Juan?
Algunos contestarán rápidamente a estas preguntas culpando a los sms; desde la llegada de los móviles a nuestras vidas han sido la excusa perfecta para justificar las patadas al diccionario. Pero a ver si la culpa no es del todo suya; a lo mejor es muchísimo más cómodo pasar olímpicamente de escribir en español y hacerlo en una lengua "internacional" que aún encima nos cubre las espaldas ante las quejas de profesores, lectores o gente en general a la que le gusta leer las cosas en condiciones.
A lo mejor nos hemos acostumbrado tanto a ver las palabras escritas "al gusto" del escritor que ya, ante la duda continua de si está bien escrita o no, ni nos molestamos en corregirla y pasamos a formar parte de esa cadena que va estropeando el idioma y nos va secando nuestros recursos ortográficos.
Pero ¡cuidado!, yo también utilizo el lenguaje de los sms, pero cuando escribo un sms. Al fin y al cabo es cuando se debe utilizar; no voy a escribir una redacción sobre la influencia del descubrimiento de América en los indígenas, el parte de un atestado o una columna de opinión de un periódico con ese lenguaje "internacional".
Sinceramente, ¿no os cabrea? ¿No os jode, después de años aprendiendo las reglas de ortografía, que al ver una palabra tantas veces mal escrita ya no sepáis cómo se escribe? ¿No tenéis la sensación de que te machacaron a ti con la ortografía pero de que ese empeño se fue a pique un día?
¿Qué día pasó eso? ¿El día en el que apareció por primera vez el mensaje de texto en los móviles? ¡No! No podemos caer en la respuesta fácil.
Supongo que un día, hace años, el interés se fue perdiendo. Se empezó a creer que ya no era necesario escribir una palabra correctamente siempre y cuando la pronunciación no variase; como suena igual ¡¿qué más da?!
¡Y UNA MIERDA!

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