martes, 20 de marzo de 2012

EL CASO DEL BALÓN DESAPARECIDO


A lo largo de nuestra infancia todos vivimos un periodo durante el cual nos enganchamos a un deporte. Queremos practicarlo y triunfar siendo los mejores en esa disciplina.
A mi se me dio por el voleibol y la culpa de todo la tubo una niña japonesa llamada Julia.
Seguramente muchos de vosotros no sepáis quién era Julia, pero igual os suena "La panda de Julia". Fue una serie mítica que emitió T5 sobre una chica que jugaba al voleibol y que conseguía hacer auténtica magia con la pelota. Esta serie pertenecía a una lista de dibujos traídos de Japón que te inculcaban el deporte, el trabajo en equipo y la superación; en esa lista se encuentran series tan míticas como "Campeones", "Raqueta de oro" o "Bateadores".
(Es probable que no halláis entendido ni la mitad de todo lo que llevo escrito porque todos los personajes de esas series pertenecen a una época muy remota en la historia de la humanidad, época durante la cual muchos de vosotros ni siquiera eráis un posible proyecto en la vida de vuestras madres. De todos modos, como Internet es la ostia, podéis informaros enseguida sobre estas series arcaicas y probar aver si os gustan, igual derrepente se os ocurre salir a la calle a jugar con la pelota en lugar de colgar vídeos absurdos en vuestro Facebook de otra gente que se cae de forma simpática mientras anda en bici).
El caso es que me enganché tanto a esta serie que sufría con Julia y entrenaba tanto como ella para triunfar con mi equipo imaginario y ser las mejores.
Pero claro, yo nunca formé parte de un equipo de voleibol, ni jugué en ningún campeonato...bueno, o por lo menos no lo hice en la vida real.
Todas las tardes, antes de cada capítulo, me colocaba en la entrada de mi casa y con un globo como pelota (si, un globo; digamos que era menos peligroso y que la confianza de mi madre en mis dotes como jugadora no eran muy fuertes, todo esto unido a que jugaba dentro de casa rodeada de cosas rompibles, nos pareció la mejor opción). Y así me echaba un buen rato dándole manotazos contra la puerta. Después de tanta "acción" terminaba colorada como un tomate y sin aire, después de todo había sido un partido muy duro y el contrincante el mejor, después de mi equipo por supuesto.
De entre todas las técnicas que Julia y su panda empleaban para ganar un partido en el último momento y de forma espectacular se encontraba el llamado "balón desaparecido".
Esta maniobra casi de brujería consistía en hacer desaparecer el balón ante los ojos del contrincante. Nunca fallaba, era el toque maestro de Julia e imbatible en cualquier partido. 
Como buena fanática de la serie, yo también era capaz de  conseguir el "balón desaparecido" y lo utilizaba como último recurso ante un partido muy ajustado.
Un día, estaba yo toda conectada con mi globo jugando al voleibol, cuando el partido fue empatado por el equipo contrario. ¿Qué hacer en ese momento?¿Cómo llevar a mi equipo a la victoria? No había más remedio, a pesar de estar lesionada y agotada, tenía que intentarlo; tenía que poner en práctica mi golpe devastador y ganar el campeonato del mundo.
Empezó el juego, todas estábamos nerviosas a pesar de que sabíamos qué hacer; entonces el globo viene hacia a mi y con un salto para coger potencia golpeo el globo a la vez que grito "¡balón desaparecido!", (había que gritar el nombre del golpe, como si fuese un conjuro, una invocación a los dioses o al diablo para que saliese bien) y el balón milagrosamente desapareció.
Había ganado el partido, había sido el mejor "balón desaparecido" de la historia, mejor incluso que el de la propia Julia.
Desapareció para siempre, no volvimos a verlo jamás...porque el globo explotó al tocar con una esquina de la puerta. 
¡Si ya se! ¡Ja,ja,ja!
Se que os estáis riendo porque eso fue lo que hicieron mis hermanos y mi madre cuando me vieron entrar en la cocina, toda colorada, sudando y con el orgullo herido al oír la siguiente pregunta:"¡Qué! ¿Desapareció?"
Como entenderéis ya no volví a jugar al voleibol. No por nada en especial, simplemente un deportista aveces se tiene que retirar en el momento más álgido de su carrera. 
No llegué a participar en más campeonatos, pero mi "balón desaparecido" quedará en el recuerdo de todos los espectadores de aquella final  y en la colección de anécdotas de mi familia que, por supuesto, la utilizarán cuando menos me lo espere.




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